¿Últimamente notas que se te cae el pelo de forma brusca e intensa por todo el cuero cabelludo? Si tu respuesta es un sí, estás ante el signo más típico de la alopecia difusa. Un trastorno capilar de tipo no cicatricial que afecta tanto a hombres como a mujeres de cualquier edad, con frecuencia entre los 30 y 50 años.
Sus causas son muy variadas. Quizás estés atravesando una temporada de estrés fuerte o sufriendo una alteración hormonal. Puede que no, que el origen esté en un déficit nutricional o en algún medicamento que estás tomando.
¿Quieres saber qué puede estar provocando esa pérdida de cabello y ponerle remedio? ¡Continúa leyendo!
¿Cómo sé si tengo alopecia difusa?
Tal y como afirma la Academia Española de Dermatología y Venereología, cada día se nos caen unos 100 pelos como parte del proceso normal de renovación del cabello. Esa pérdida es mucho mayor cuando se padece alopecia difusa.
¿El motivo? El folículo piloso se debilita y el pelo se vuelve más fino y frágil, por lo que se desprende con facilidad.
Esto se reconoce en seguida, ya que se observa más cabello de lo habitual en todos lados. En la almohada, en la ducha, en el cepillo, en las manos al rascarse la cabeza…
El resultado: la densidad capilar disminuye. Y no solamente en la región superior de la cabeza como ocurre en la alopecia androgénica. Tal vez empiece ahí, pero termina afectando a todo el cuero cabelludo a la par que el pelo se va volviendo poco a poco más lacio y seco.
Curiosamente no aparecen otros síntomas como irritaciones, inflamación o descamación. Son más preocupantes los efectos psicológicos que pueden derivar de no verse bien.
¿Cuáles son las causas de la alopecia difusa?
Identificar el motivo de este trastorno es fundamental, ya que así podremos establecer un tratamiento específico lo antes posible.
Se sabe que el problema está en una alteración del ciclo capilar, pero… ¿en qué etapa: en la de desprendimiento (telógena) o en la de crecimiento (anágena)?
En el primer caso hablaríamos de efluvio telogénico, en el que los folículos pilosos entran de forma prematura y sincronizada en la fase de caída.
En el segundo de efluvio anágeno, en el que el desarrollo del cabello se detiene bruscamente y cae.
Efluvio telogénico
El efluvio telogénico agudo es lo más común. Se caracteriza por una pérdida de pelo rápida que ocurre de 2 a 4 meses después de la causa que la ha originado.
El desencadenante puede ser muy variado:
- Cambios hormonales en el embarazo y el parto. Durante la gestación se retrasa el paso de la etapa anágena a la telógena. Sin embargo, es frecuente que todo ese cabello se caiga en el primer y cuarto mes postparto.
- Enfermedades tiroideas: hiper e hipotiroidismo.
- Estrés emocional por ansiedad, depresión o agotamiento psíquico en general.
- Estrés físico por fiebre alta, infecciones graves, dietas estrictas o cirugías.
- Exposición solar prolongada sin protección. El cuero cabelludo se deteriora y se favorece el desprendimiento del pelo.
- Determinados fármacos: derivados de vitamina A, anticoagulantes, antihipertensivos, algunos AINEs, antidepresivos, anticonceptivos orales, etc.
- Anemia ferropénica y déficits nutricionales que implican ciertas vitaminas y minerales, o proteínas.
- Diferentes condiciones médicas como trastornos del comportamiento alimentario, enfermedades infecciosas (sífilis), patologías intestinales o insuficiencias renales o hepáticas.
Normalmente la caída dura menos de 6 meses, pero puede llegar a extenderse en el tiempo. Estaríamos ante un efluvio telogénico crónico, en el que la pérdida de cabello es abundante y pasa por episodios agudos.
Efluvio anágeno
El efluvio anágeno agudo se distingue del anterior en que la caída es muy repentina, exagerada y tiene lugar a los pocos días del factor que la ha provocado. Se pierde casi todo el pelo, quedando solo aquellos que estaban en fase telógena (un 10% del total).
Los motivos también son diversos y muchas veces comunes a los del efluvio telogénico. Uno de los principales es la quimioterapia, ya que la calvicie es, de hecho, uno de sus efectos adversos más característicos.
El efluvio anágeno igualmente puede cronificar como consecuencia de una mala adhesión del tallo del cabello al folículo piloso. Esto conlleva que el pelo esté “suelto” y se desprenda al traccionarlo con mucha facilidad y sin dolor.
Otras causas
Existen otras patología capilares que cursan con síntomas similares a la alopecia difusa.
Por ejemplo la alopecia areata, la alopecia androgénica femenina, la alopecia senil, algunas dermatosis (como la dermatitis de contacto) o la tricotilomanía (hábito de arrancarse el cabello compulsivamente).
Debido a que se pueden confundir entre sí, siempre se debe acudir a un profesional que sepa diagnosticar el origen de la pérdida del pelo.
¿Cuál es el tratamiento para la alopecia difusa?
Elimina la causa y ten paciencia
Este trastorno suele ser transitorio y no supone una afección grave. Lo más habitual es que cure solo una vez que se detiene el factor desencadenante. En contadas ocasiones queda una calvicie permanente.
El efluvio telogénico, por lo general, revierte completamente a los 4-6 meses. El efluvio anágeno lo hace un poco antes (de uno a cuatro), aunque si es crónico puede tardar años.
De esta manera, la primera medida siempre es actuar contra la raíz del problema, ya sea una enfermedad, una carencia nutricional u otra condición clínica.
Acelera la recuperación
Hay tratamientos que potencian la repoblación del cuero cabelludo. Son especialmente útiles cuando la alopecia es crónica o cuando suprimir el origen de la caída del pelo no es sencillo.
- Es muy común el uso de minoxidil, un fármaco vasodilatador que frena la caída y engrosa el cabello.
- El plasma rico en plaquetas es otra terapia que ha demostrado ser un buen método para incrementar el crecimiento y la densidad del pelo.
- La mesoterapia capilar también ofrece grandes resultados en la mejora de la salud del cabello.
Si piensas que sufres una alopecia difusa, no esperes y contacta con un especialista para que te haga una valoración. Cuanto más tiempo dejes pasar más difícil será solucionarlo. ¡Actúa!