Alopecia autoinmune: Alopecia Areata

La alopecia autoinmune o alopecia areata es un tipo de trastorno capilar que afecta la funcionalidad del folículo piloso. El organismo del paciente detecta de forma errónea al folículo como un agente agresor y activa los factores de inmunidad para destruirlo con una consecuente pérdida capilar.

 

¿Qué es la alopecia areata o autoinmune?

Nuestro organismo tiene uno de los mejores mecanismos de defensa de la naturaleza. Nuestro ADN tiene una serie de elementos de detección de bacterias, virus y agentes agresores que afectan el normal funcionamiento orgánico.

El sistema inmune tiene una serie de elementos de detección de estos agentes y cuenta con una serie de procesos para aislar y eliminar estas agresiones. Esta es la clave que nos ha permitido ser inmunes a ciertas enfermedades. Además, le da a nuestro cuerpo la capacidad de aprender continuamente sobre nuevas cepas o especies de microorganismos dañinos.

Sin embargo, por razones aún desconocidas, en algunas ocasiones el sistema inmune tiene desórdenes de información e inicia procesos autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes reconocen erróneamente algunos órganos o elementos orgánicos como agentes nocivos y los atacan de manera continua.

Esto sucede con la alopecia areata o autoinmune en la que el sistema inmune crea una alerta sobre los folículos pilosos y los ataca a nivel celular. En algunos casos, estos “ataques” debilitan la fisiología del folículo hasta estadios más graves en los que se produce una apoptosis o muerte celular.

La consecuencia más evidente es el cese de la producción folicular, creándose una caída del pelo en determinadas zonas del cuero cabelludo. En casos más extremos, la alopecia areata puede despoblar grandes zonas de la cabeza, barba o cejas.

 

¿El injerto de pelo puede ser una solución contra la alopecia areata o autoinmune?

La respuesta médica ante esta pregunta es un rotundo no. En el caso específico de la alopecia areata, la caída del pelo es sólo un síntoma de un problema de base más profundo.

Injertar pelo en un paciente que presenta un desorden autoinmune sólo produciría un efecto temporal que no soluciona el problema radical. Cualquier nuevo folículo pilosos será atacado de la misma forma creándose un círculo vicioso que no ayuda en nada a la salud capilar y estética del paciente.

La conducta médica más recomendable es diagnosticar e iniciar un tratamiento terapéutico enfocado en ordenar la función inmune. Existen una serie de tratamientos farmacológicos indicados para reclasificar la información inmune e “informar” al sistema que el folículo no es un agente agresivo.

El resultado de este tratamiento es que el sistema inmunitario cesará en su defensa contra el folículo piloso, permitiendo su recuperación. Posterior al cambio en el sistema inmune, se necesita un tratamiento intensivo de restablecimiento de la salud folicular.

Mediante una serie de tratamientos a base de factores de nutrición celular y de revitalización del folículo, se recupera la acción inmunitaria. De manera progresiva, el folículo vuelve a producir pelo de manera habitual con una mejora notable en la repoblación capilar.

¿En qué consisten estos tratamientos de recuperación capilar?

El sistema de defensa orgánico es muy eficiente en la destrucción de los agentes agresivos y suele ser muy agresivo en su función defensiva. Por lo tanto, aquellos folículos que no han sido destruidos pueden quedar en un estado de fragilidad y debilidad muy peligroso para la salud capilar.

Una vez que los tratamientos contra la autoinmunidad han concluido, es necesario recuperar la vitalidad de los folículos sobrevivientes. Para ello, es imprescindible nutrir y fortalecer a los centros de producción de pelo desde un nivel celular profundo.

Para ello, lo más recomendable es iniciar un protocolo de nutrición celular folicular con complejos vitamínicos y de estimulación capilar. De manera residual y progresiva, las células foliculares recuperan su función, permeabilidad y nutrición.

Poco a poco, el folículo piloso se fortalece produciendo nuevo pelo con los elementos de vitalidad, elasticidad y protección cuticular que garantizan su indemnidad.  Este proceso puede hacerse mediante microinyecciones en la base del cuero cabelludo con una acción directa en los órganos productivos capilares.

 

¿Estos tratamientos son dolorosos?

No, de hecho, la pérdida de cabello por la alopecia autoinmune puede cesar su acción una vez que el folículo ha dejado de ser percibido como una amenaza. Sin embargo, si este desorden no es tratado puede extenderse a todas las zonas pobladas sin distingo del tipo de folículo.

Pero, estos tratamientos no son en lo absoluto dolorosos, no requieren ningún tipo de ingreso y no afectan el desenvolvimiento normal de los pacientes. Algunos tratamientos se basan en la combinación de fármacos administrados por vía oral, parenteral, tópica y subcutánea.

Asimismo, una de las mayores claves de éxito de estos tratamientos es el seguimiento y control intensivo. Las consultas de control durante la duración del tratamiento es el factor diferencial en lograr los resultados esperados.

Los especialistas en tricología de Microcapilar Hair Clinic cuentan con las herramientas de diagnóstico temprano de este tipo de alopecia. El diagnóstico a tiempo aumenta significativamente la efectividad del tratamiento y por ende, la recuperación de la salud capilar.

Es fundamental consultar con los especialistas médicos capilares ante los primeros síntomas para aumentar la eficacia de cualquier tratamiento. Los remedios caseros y el tiempo son los peores enemigos contra cualquier trastorno de la salud de tu pelo. 

 

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